Educar para la vida



Quizás debamos volver a plantearnos qué es para nosotros la Educación. Algunos dirán que la Educación es mejorar la competencia y el currículum individual. Habrá quien diga que la Educación es  fomentar la colaboración para impulsar el progreso. Pero sin duda, habrá quien piense que educar es formar a personas capaces de cambiar el mundo, ciudadanos competentes para transformar su entorno.
Hemos de dejar atrás la pizarra, los apuntes y los exámenes y preparar a nuestros alumnos para la vida. Hemos de enseñarles a pensar, a descubrir, no a copiar y a repetir para aprobar. Debemos educar personas capaces de ser críticos, de elegir, de explorar, de aprender, de ayudar. La escuela debe despertar la curiosidad y proporcionar herramientas para que los alumnos adquieran autonomía, encuentren lo que realmente les entusiasma y desarrollen sus habilidades y sus distintas capacidades. Es la realidad la que nos lo demanda, sin meternos ya en lo que dicen las Leyes de Educación en cuanto al currículum, los estándares y las competencias.

¿Cuántos alumnos no encuentran sentido ni utilidad a lo que se les explica en clase? Es por ello que se duermen, desconectan, adquieren conductas inapropiadas. Debemos rescatarlos ya!!!!!!!           
 Los centros educativos deben ser espacios de intercambio entre un grupo de profesionales, alumnado, padres y madres capaces de trabajar en común y generar nuevas actitudes.  Si los centros educativos, como espacios de intercambio entre un grupo de profesionales, alumnado, padres y madres, no son capaces de trabajar en común y generar nuevas actitudes, se perpetúan momentos de oscurantismo...” Francisco Imbernón (2007:85)

Es necesario un cambio metodológico en el proceso de enseñanza-aprendizaje.Es el momento del AbP.


 Hay estudios que avalan la efectividad del Aprendizaje basado en Proyectos. Está demostrado que este tipo de aprendizaje desarrolla las habilidades socioemocionales, fomenta habilidades de pensamiento crítico, consigue un mayor logro académico, aumenta la motivación y el compromiso con su propio aprendizaje y desarrolla habilidades complejas como la resolución de problemas. Es el momento de plantearnos proyectos, de que trabajemos en equipo, de que todos demostremos lo que sabemos, alumnos, padres y profesores, pero también de que, en mayor o menor medida, todos aprendamos. El AbP es fundamental para el desarrollo de las Competencias clave y de las Inteligencias múltiples y nos hace ver la utilidad de lo que estamos aprendiendo. El Aprendizaje basado en Proyectos favorece el diálogo constructivo entre compañeros, el conocimientos de las distintas materias y la búsqueda de puntos en común desde el respecto.
 Es a día de hoy que todavía me acuerdo de aquel proyecto en el que el profesor de Ciencias naturales  en 1º de Bachillerato, nos puso como tarea, en grupos,  visitar el monte de la Pastora, en mi pueblo, Cambados, y buscar todas las hojas de los árboles, arbustos y plantas diferentes que pudiésemos. Luego debíamos investigar, comparar y ver de qué especie se trataba. Al principio nos costó porque los componentes éramos de lugares diferentes y el trabajo de campo teníamos que hacerlo fuera de horario escolar, pero luego recuerdo una muy buena experiencia. Todos trabajábamos a buen ritmo y nos apasionaba descubrir tantas especies diferentes en un lugar al que íbamos con bastante frecuencia.
Diseñar un proyecto de aprendizaje es una tarea complicada  y para llevarlo a cabo hemos de tener en cuenta la cooperación del profesorado, posibles resistencias, la relación con el equipo directivo, una correcta gestión de horarios y recursos, la implicación de la familia y  el entorno. Es necesario contar con un adecuado PLE.
 Buscar un proyecto que enganche al alumnado y que atraiga a parte del profesorado para que participe de él no es tarea fácil. Tampoco lo es establecer grupos de trabajo, buscar productos atractivos, crear actividades, establecer una temporalización, buscar las herramientas de evaluación más apropiadas, pensar  en su difusión…..Nada de esto viene en los libros de texto, pero hemos de perder el miedo, invertir parte de nuestro tiempo y empezar por pequeños proyectos. 

Alfons Cornella afirma: “Nuestra sociedad y nuestra economía están sometidas a un cambio profundo que nos llevará de la cultura del individuo hacia lo colectivo.” Hemos de estar preparados. Nuestros alumnos deben desarrollar su empatía. No basta con trabajar las habilidades y las competencias, hemos de alimentar una conciencia empática y aquí entraría el aprendizaje-servicio. Estoy segura de que más de uno de esos alumnos de los que desconectan en las clases magistrales o de los que no le ven utilidad a los ejercicios de Inglés o de Matemáticas, disfrutarían con un proyecto de aprendizaje- servicio. El aprendizaje- servicio, al igual que cualquier otro proyecto da sentido a los aprendizajes.
 En nuestros centros, “el niño debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los  pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes” Declaración de los Derechos de los Niños en Ginebra en 1923.

La Educación tiene una de las labores más hermosas por delante, la de formar las personas del mañana y hacer de ellos ciudadanos capaces de transformar su entorno y de ayudar a  sus iguales. Nosotros, profesores, colaboramos en gran medida en este gran proyecto, por eso hemos de formarnos, experimentar y ser los mejores guías para nuestros alumnos.

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